lunes, 9 de febrero de 2015

Heces de mascotas en espacios públicos


Domingo 8 Febrero 23:51
Heces de mascotas en espacios públicos, entre la necesidad de concientizar y la legislación ausente
Si pisar excremento en la calle trae suerte, bendecidos somos los comodorenses. Y muy desaprensivos los propietarios de mascotas, por supuesto. En jornadas de altas temperaturas entre esa “suerte” que inunda las veredas y espacios verdes y el aroma de su combustión al calor, lo que menos sienten los transeúntes es ser afortunados, suertudos.







Normativa que no se cumple

En otra ciudad patagónica que sí explota la estética de sus calles, a propósito de la oferta turística y del incremento económico de la misma, -como es Neuquén- hay una norma que obliga a la ejecución de “baños públicos” para perros. Existe en la letra pero… ¿en la práctica?

Una ordenanza neuquina sancionada en mayo de 2008 y que regula sobre la tenencia responsable de mascotas, establece en su artículo 10 bis que el municipio deberá ejecutar “la construcción de areneros sanitarios especialmente señalizados, con destino a la defecación de canes, en las plazas de área centro”.

La norma que sigue vigente nunca se cumplió. La letra muerta que precisa reanimación establece que esos sanitarios deberían tener 4 metros de largo, 4 metros de ancho y 1 1/2 metro de alto, con base de hormigón armado, coronado por un cordón perimetral (contenedor de arena) de 30 centímetros de altura por sobre la base del canil; enrejado metálico perimetral hasta el máximo de la altura previsto, con un puerta de acceso con un sistema de cierre propio que asegure la oclusión permanente, en espacio central cartel de señalización que indique: arenero sanitario, número de ordenanza y que destaque la prohibición de acceso de niños al lugar. Además de un poste sostenedor que servirá de estimulación para evacuaciones de canes machos”, dice el texto del articulado.

Dueño de mascota, responsable de sus heces

Aunque existiese o no posibilidad de legislar en esta materia, importante sería la colaboración del Estado con agresivas campañas de concientización sobre los índices de contaminación que implica la caca perruna en espacios públicos, en plazas, en las arenas de la playa. Los dueños, guardadores o tenedores de mascotas deberían –por obligación- recoger las heces de sus mascotas y depositarlas en sitios habilitados para residuos. De no existir esos en lugares públicos, debería trasladar esos residuos a su domicilio particular y allí proceder a su tratamiento.
fuente cronica

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