jueves, 31 de marzo de 2011

Viviendo lo Cotidiano con Compromiso

Elsa Sepúlveda se acercó a La Revista, para contarnos sus Vivencias en el Antiguo Pueblo, el Viejo de Picún Leufú, sus Anécdotas, sus lindos Recuerdos de Infancia:
Elsa S.: Cuando yo iba a la Escuela, iba caminando para donde tenían la casa los Abuelos, que es donde vive hoy Don Morales; de ahí iban todos los chicos, que hoy son abuelos, ahora no están, iban los Guerrero, los Gutiérrez, los Seguel, Sepúlveda, íbamos todos caminando los Hidalgo, que vivían, que se yo por donde, ellos pasaban de madrugada para ir a la escuela. Creo que las que estábamos más cerca de la Escuela, éramos los Bustamante y yo que vivíamos ahí.  Después la finada Emilia Sepúlveda, ella vivía del otro lado: Yo por ejemplo tenía que cruzar el Río (se refiere Río Picún Leufú) caminando, no había nada, no había pasarela.  Lo más lindo que llegaba tarde, porque me quedaba dormida…tenía un poco de miedo porque iba sola, tenía que cruzar todo el campo y después llegar a la Escuela. Y me acuerdo siempre de las anécdotas de uno cuando es chico. No había impedimento para ir a la Escuela, muy poco faltaban los chicos para ir a la Escuela.  El maestro decía que había 18 ° bajo cero, cuando nosotros íbamos a la escuela, como serían las heladas que había, que el río se escarchaba.
La Revista de Picún: Quien era el Maestro?
Elsa S.: El Sr Gerónimo Ernesto Sosa; la Sra de Caso,  estuvo después.  Antes estuvo una Sra Cordobesa, que era mi Maestra; me tenía muy mal enseñaba, yo siempre que iba a la Escuela, le llevaba flores, a veces le llevaba un pedazo de torta al rescoldo, que a ella le gustaba; le decíamos la Sra. Pupe; esto fue en el año 50, cuando íbamos todavía a la Escuela de barro.
Yo recuerdo que el Sr. Director, que fue un gran maestro, un gran director, un gran amigo, que en paz descanse; una muy buena persona; Ernesto Gerónimo Sosa, que acá la calle se llama Sosa, Maestro Sosa, por el está esa calle; lo mismo que la Escuela que lleva el nombre de Norberto Vera, que era un director, que es otra historia.
El se levantaba a las 4 de la mañana a hervir la mazamorra (comida típica), porque no había leche, era muy raro que llegara leche; entonces nos hacía mazamorra con miel y sabe quien traía el pan?…era la galleta, el finado Carlos Cheline, que traía la galleta de Neuquén.., pero vio que venían en esos camiones de Neuquén; la vuelta que había que quedar, la galleta venían de 2 días en las bolsas de arpillera; yo mude los dientes con la galleta que nos daban. Un diente pegado en la galleta.
Son anécdotas lindas y después nos cambiamos a la Escuela Nueva. Que fue un error haber tirado todo , eso porque eso podía haber servido para museo, haberlo mantenido bien lindo… limpio, para cuando viniera gente, haberla hecho dormir ahí, porque eso tenía baño, haber tenido eso..; a mí me dijeron que de la torre iba a ser un monumento histórico, pero nunca vi nada, se está viviendo abajo...  Son cosas que uno vivió.  La vi a la Escuela, la vi nueva cuando entrabamos.  Ahí fue Chano Castillo, la Sra Yenny Prunetti,  ahí ella salió de 7° grado , creo que en esos años se usaba 6° grado; salió Ruperto Alfaro, que en el año 73.
La Revista de Picún: Se acuerda los juegos que tenían?
Elsa S.: Los chicos tenían las sogas con los nudos, la cadenitas, las escaleritas para subir y después se largaban por los caños vio!, las niñas teníamos hamacas, había 6 hamacas y un tobogán, que era ese que se movía así... para todos lados y nos enseñaban juegos por ejemplo: a correr con el huevo en la cuchara, en enhebrar la aguja, corriendo, a ver quien la enhebrase primero; nos enseñaban a bordar, teníamos labores y la vergüenza más grande era por ejemplo, el día jueves, era el día de labores y si se olvidaba  de llevar el trapito con las agujas, lo mandaban a jugar a la pelota con los varones. Ay!!! que vergüenza, era vergonzoso que lo mandaran con los varones, pero era una buena cosa, porque después no se olvidaba, que era una responsabilidad, la que tenía que hacer. También era una vergüenza que la pusieran debajo de la campana, uno se sentía mal, era como castigo que le daban.  Los otros se reían porque estaba debajo de la campana o que lo pusieran de plantón en una esquina, eran cosas que yo no me voy a olvidar nunca, de 70 años que voy a cumplir.
Nos cuenta Un día de su vida en su Infancia:
Elsa S.: Un día de mi vida era muy ajetreado, era una cosa que yo tenía muchísimas responsabilidades. Yo en la época que había verduras.  Mi abuela siempre hizo verduras.
La Revista de Picún: Cómo era el nombre de su abuela?
Elsa S.: Oriana Solís de Sánchez, era el papá de mi tía Clara Sánchez (que era enfermera del Hospital de Picún)
Yo tenía un cajón y ahí me ponían la verdura: perejil, cilantro, arvejas, chauchas, todo en ataditos, cebolla de verdeo y yo iba al pueblo viejo… me lo compraban todo…, ya me conocían.  Sabe el premio que yo tenía, me daban los 50 centavos de vuelto, yo los iba juntando y junté 21 pesos me acuerdo y con esos 21 pesos me compré una tela y me hicieron un vestido precioso!; esas son unas cosas que tenía de recuerdo y después en la Chacra, en la casa por ejemplo: yo les contaba a mis nietos, yo tenía 6 años, ordeñaba una vaca, la llevaba a tomar agua, cortaba pasto para darle a los animales, juntaba los huevos, cuidaba los pavos, hacía de todo... En realidad tiempo para jugar no tenía, porque me habían enseñado tantas cosas a hacer y las tenía que hacer, porque sino, abajo el picho (expresión) venía San Martín por la espalda.  Mi abuela muy poco me pegaba, pero sí era brava mi abuela.  Un día le estaba contando a mi nieto, un día estaba planchando una ruma, así.. de ropa grande.
Y me dijo: “abuela, que es lo que no te gusta hacer?” le contesté: “Sabes que es una buena pregunta, porque yo nunca supe que es lo que no me gusta hacer, porque tuve que hacer de todo, de todo tuve que hacer .. Hasta los 11 años”.-
La Revista de Picún: Cómo la vivía a su vida? a esa edad antes de los 11? Cómo se sentía?
Elsa S.: y Bueno, como le digo trabajando, haciendo cosas y Ud. Y yo me debo haber sentido bien porque.. Era una responsabilidad, un deber que yo tenía que hacer. Y los ratos libres me iba a la quinta, en esta época a juntar hojas y a la trillar con caballos.
La Revista de Picún: Una anécdota?
Elsa S.: Juntábamos huevos de pajaritos a ver quien juntaba más, y un día estaba arriba en un árbol, metiendo la mano en el nido de gorrión y había una tremenda culebra, cuando metí la mano…, una cosa así.. Salió con la cabeza así.. Casi me maté, me mandé pa bajo, me raspé toda, pero decir que me había lastimado, ni ahí…Creo que no ha sido mala vida, con mucha responsabilidad, Sí.
La diversión mía era cuando llevaba a la vaca a tomar agua, porque tomaba agua ahí, ahí en la esquina adonde el río da vuelta (costa del Arroyo Picún Leufú del nuevo pueblo de Picún) ahí había una barraca inmensa adonde llenaron de piedras, se hacía como un pozón.  Yo traía la vaca, ahí me metía la cadena entre las patas y ella corría y yo me tiraba de panza que la vaca me arrastrara, esa era mi alegría.  Y claro andaba como 100 metros con la panza llena de tierra, meta sacudirme, para que no me vieran que estaba toda revolcada.  Esa era una de las diversiones; me gustaba mucho andar de a caballo.
Yo le digo mi infancia a pesar de todo fue linda… fue linda porque … es lo que me quedó de una infancia…….

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