como el pájaro del cielo:
no hago nido en este suelo
ande hay tanto que sufrir,
y naides me ha de seguir
cuando yo remuento el vuelo.
"Martín Fierro", de José Hernández
Es probable que el vocablo quichua huachu (huérfano, vagabundo) haya sido transformado por los colonizadores españoles utilizándose para llamar gauchos a los vagabundos y guachos a los huérfanos.
El ambiente del gaucho fue la llanura que se extiende desde la Patagonia hasta los confines orientales de Argentina, llegando hasta el Estado de Rio Grande del Sur, en Brasil (gaúcho).
En la extensión del territorio argentino, el gaucho fue y es una figura típica de nuestras raíces. Cualquiera sea la zona que habite, acompañado por el caballo adonde se dirija y con rasgos propios de lo nativo, fue forjando una autenticidad campestre del país.
“Del primitivo poblador de estas tierras, el Gaucho recibió la herencia de saber soportar la soledad y las inclemencias del tiempo, procurarse el alimento, aguantar adversidad y luchar hasta el último aliento”, graficaba el Comodoro y autor de la otra gran novela gauchesca "Don Segundo Sombra", Juan José Güiraldes en referencia al Gaucho.
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