Entrar o salir de la capital fue toda una odisea

El bloqueo a Neuquén comenzó poco después del crimen y finalizó a las 19 de ayer.

Neuquén > El bloqueo de los taxistas en reclamo por el crimen de un compañero complicó el tránsito vehicular en la región y generó malestar entre los vecinos que trabajan del otro lado del puente carretero, como así también de turistas que intentaban llegar a la cordillera.
Minutos después del asesinato de Rogelio San Miguel, los taxistas optaron por protestar en los accesos a la ciudad de Neuquén, ubicaron sus taxis sobre las rutas y en los puentes carreteros que unen Neuquén con las ciudades de Cipolletti, camino a Centenario y en Cinco Saltos.
La zona del aeropuerto, saliendo para Plottier, y la alternativa del dique Ballester también fueron bloqueadas, lo que literalmente sitió a Neuquén, como había sucedido con Cipolletti en el verano de 2007 con el asesinato de José Vázquez, taxista de la vecina ciudad.
Ayer, como no había sucedido en otras ocasiones, los choferes de colectivo de la firma Indalo se solidarizaron con los taxistas y suspendieron el servicio, por lo que el transporte  público hacia y dentro de la ciudad estuvo cancelado.

Durante la mañana y el mediodía de ayer, las inmediaciones al puente que une Cipolletti con Neuquén se transformaron en un incesante desfile de peatones, ciclistas y motociclistas que podían pasar de una provincia a otra.
El resto, interminables colas de autos, camiones y colectivos de larga distancia a la espera de una solución a la protesta y a la liberación de los caminos.
Todo finalizó cerca de las 19, cuando la protesta se levantó.