Polémico proyecto en Picún Leufú
En el lugar, la empresa Natrusol lleva adelante un proyecto turístico sin autorización oficial. Suspicacias, burlas a la ley, la sospecha de un negocio inmobiliario y muchas palmeras...
En Picún Leufú se puso en marcha un megaemprendimiento por parte de la empresa Natrusol que abarca un predio de 250 hectáreas. Allí se lleva adelante la construcción de un hotel 4 estrellas. Pero éste no reúne los requisitos formales para su ejecución. Sin embargo, el empresario Jorge Minassian, ignorando la actual legislación, ya comenzó a construir.
Contalo en los medios
El tema comenzó a visibilizarse a partir de una entrevista que la conductora Adriana Brodsky realizó al empresario Jorge Minassian en su programa El Parador, donde se brindan recomendaciones al turista a la hora de viajar.
En la nota, Minassian ponía al tanto a “la Bebota de Olmedo” sobre las ideas para su proyecto en Picún Leufú, una zona sumamente codiciada porque posee interesantes potencialidades turísticas, por la explotación de los recursos naturales que ofrece el río Limay y el lago Exequiel Ramos Mejía. Además, se jactaba de que la construcción ya estaba en marcha, y que en poco tiempo estaría vigente uno de los complejos turísticos más importantes para la región.
El tema es que la construcción no está en regla, ya que el decreto 2.029/10 que promulgó el gobernador Jorge Sapag cambió las normativas vigentes en la adjudicación de tierras fiscales a funcionarios. Decisión que fue tomada tras los conflictos en la Villa Pehuenia, donde el intendente emepeista Mauro del Castillo protagonizó un escándalo que se hizo público en septiembre de 2010, en donde la Corporación Interestadual Pulmarí recibió dos hectáreas en el perilago Moquehue, valuadas en un millón de dólares, que tenían como finalidad el desarrollo de un emprendimiento privado.
En el caso del megacomplejo Picún Leufú, el proyecto se encuentra en el ojo de la tormenta ya que su puesta en marcha viola el decreto 2.029/10 en el que las tierras no pueden ser entregadas en forma directa por funcionarios, sino que debe llamarse a concurso o licitación pública. Este expresa que “la adjudicación de las tierras libres de ocupantes podrá efectuarse por medio del procedimiento de licitación pública en los términos de la ley 2.141 y su reglamentación”.
Qué se viola en Picún
En el caso de Picún Leufú, el proyecto había sido presentado por la empresa Ecopatagonia SRL con domicilio fiscal en San Martín de Los Andes, que tiene como actividad principal llevar a cabo servicios inmobiliarios realizados por cuenta propia con bienes propios o arrendados.
Esta empresa, que integra Jorge Minassian, tiene como socios principales a Fabián Pusyelnik, Andrea Caletti, y Gabriel Alejandro Jinkus. En julio de 2007, Ecopatagonia SRL realizó un pedido de tierra al gobierno neuquino para la producción de alfalfa. Este fue aceptado desde la secretaría de Estado de Recursos Naturales, y la empresa logró la adjudicación de las tierras fiscales.
El caso es que, tiempo después, según Minassian, al realizarse un estudio de la tierra se comprobó que no era terreno fértil para el cultivo de alfalfa. Por lo que los empresarios informaron a la cartera que el agua no abastecía al proyecto inicial y que pretendían cambiar su destino y transferirlo a la empresa Natrusol, de la cual Minassian también forma parte. Este pedido fue negado porque para octubre de 2010 ya estaba tramitada la caducidad del permiso original.
El ente privado Natrusol coincide con Ecopatagonia SRL en su actividad principal, con la diferencia de que su domicilio fiscal figura en Capital Federal. Y ahora, en vez de producción de alfalfa, se proponía un proyecto vinculado a un emprendimiento turístico, en el que se construiría un hotel 4 estrellas.
Las ganas de construir o el descaro por violar las leyes hicieron que el empresario comenzara a levantar los cimientos de su megaproyecto en Picún Leufú. Plantar palmeras al mejor estilo Miami y cercar el predio impidiendo el paso a un sector público que cuenta con el derecho de la libre circulación por tratarse de tierras fiscales. Las obras comenzaron ignorando varios factores, en primer lugar, que la nueva legislación obliga al llamado a concurso o licitación pública, ninguna de las dos instancias sucedieron aún con esas tierras.
En segundo lugar, una vez otorgada la adjudicación de tierras, se podía comenzar la construcción y no antes, dato que el empresario omitió. La pregunta que surge al interiorizarse del caso es ¿por qué el empresario comenzó a construir si sabía que no estaba en los marcos de la ley vigente? E incluso, sabiendo que el proyecto no había sido aún aprobado.
En diálogo con La Tecla Patagonia, Jorge Minassian aseguró que se trató de una cuestión de ansiedad: “Me apuré en construir”, dijo. Adjudicando el error a una especie de torpeza ingenua de embarcarse en un proyecto sin tener aún el aval estatal para hacerlo. Es decir, no se realizó un control respecto de si la tierra era apta para el emprendimiento.
De ser así, Minassian rompió con el ABC del empresariado que radica en comprobar que el emplazamiento en donde va a llevar a cabo su producción sea redituable. Sin embargo, el empresario del megaproyecto en Picún Leufú realizó el análisis de la tierra mucho tiempo después de su adjudicación.
Por otra parte, en el pedido original realizado por Ecopatagonia SRL, la subsecretaría de Tierras del municipio entregó el predio para un proyecto que debía ser la producción de alfalfa sin asegurarse de que dicho emprendimiento cumpliera con los requisitos que garantizaran a futuro su funcionamiento.
Consultado por La Tecla Patagonia un funcionario del gobierno provincial se refirió al conflicto que ronda a la situación de Picún Leufú. “Hace dos años que caducó el derecho, eso tiene que volver a fojas cero. En Picún hay un negocio inmobiliario en el que ya estaban parcelando la tierra. Y el teléfono que daban en el programa de televisión de Adriana Brodsky en realidad, cuando uno llama, es para vender tierras. Los proyectos turísticos se transforman en un negocio inmobiliario. Hacen negocio con tierras fiscales”, sostuvo.
Por otra parte, remarcó que “en Neuquén hay un gran desorden de tierras que no es de ahora, sino de 30 años, un ‘desorden organizado’. Porque a alguien le conviene este desorden. Cuando esto se hace público no queda más remedio que plantear que esto caduque, pero si no hubiese sido público, la empresa seguiría con la construcción y el gobierno provincial se lo avalaría. Esta no es la primera vez que sucede”.
En la provincia de Neuquén los conflictos vinculados con las tierras suman una larga lista y suceden desde larga data. La pregunta es si el funcionario no hubiese cometido la torpeza de presentar su proyecto en un programa televisión, el gobierno provincial hubiera tomado cartas en el asunto.
Las sospechas recaen sobre la posibilidad de que las tierras sean utilizadas para un fin comercial privado. Ya sea vendiendo la construcción una vez terminada o subalquilando las tierras públicas. La legislación actual pone un coto a esta situación de suspicacias empresariales en donde el control sobre las tierras requeridas era mínimo. Una ley más fuerte y un proyecto organizado deberían ser el marco de una regularización definitiva.
EDUARDO FERRARESSO
“El proyecto no está aprobado por la subsecretaría de Tierras”
En diálogo con La Tecla Patagonia, el titular de la subsecretaría de Tierras, Eduardo Ferraresso, sostuvo que “en el caso de Picún se hizo un pedido a la Subsecretaría de cambio de proyecto y un pedido de transferencia de una empresa a otra que fueron negados. Caduca el permiso original y hay una nueva presentación en julio por una de las empresas que es la que está ahora, que es Natrusol”.
En tanto que “hacia octubre del año pasado aparecen los problemas en las tierras de Pehuenia que son conocidos por todos y el Gobernador sacó un decreto que autolimita la atribución de tierras fiscales. Este emprendimiento se encuentra en el marco de este nuevo decreto”.
Al suspenderse legalmente toda la potestad con la que contaba la subsecretaría de Tierras para realizar adjudicaciones en forma directa “no se adjudica a Natrusol. Ni se le da el permiso”, explicó.
“El expediente original es un expediente normal. Se pide y se otorga normalmente. No había nada irregular”.
Pero ahora sí lo hay, subraya Ferraresso al señalar que “se trata de tierras fiscales y no está aprobado por la Subsecretaría. La tierra sólo se puede entregar por licitación pública o concurso. Tenemos que llamar a licitación”.
También indicó que desde la Secretaría ya se realizó la inspección correspondiente “hay unas palmeras y parte de un hotel próximo a techarse”.
Por último, sostuvo que “acá hay una caducidad bien decretada y negación de transferencia bien aplicada. Y hay una presentación que se recibe como cualquier otra pero es inconclusa”, y que “no le veo responsabilidad” refiriéndose a la gestión del anterior subsecretario Gutavo Selaya. Aunque remarcó que “si eso hubiese seguido adelante yo hubiera requerido más detalles para poder controlar esa obra en el futuro y poder exigir en consecuencia”.
JORGE MINASSIAN
La ligué yo sin comerla ni beberla”
sobre el magacomplejo turístico en Picún Leufú, el empresario de Natrusol dijo que no quería hablar del tema. Aunque reconoció: “Yo me adelanté a las cosas”.
Al ser inquirido sobre la puesta en marcha del complejo, aseguró no querer hablar porque “el proyecto está parado”, indicó que “no quiero dar información porque después se me pone en contra o a favor, estamos arreglando todos los problemas y no quiero que publiquen ya más nada porque bastante problemas me trajo todo esto”.
Por otra parte, agregó: “Yo no quiero aclarar nada, está muy enredada la cosa. Por ahora no puedo hacer declaraciones, estoy en Buenos Aires y no sé nada de lo que está pasando allá”.
Además dijo que “la obra está parada porque yo no tenía el permiso de construir. Recién estamos haciendo visar los planos así que me adelanté un poquito. Y en estas cosas no te podés adelantar porque te escrachan en todos lados”.
Al preguntarle porqué no esperó para construir, subrayó: “La ligué yo, sin comerla ni beberla. Esto es un proyecto donde se hace un análisis de la tierra en la que el 11% es apto para plantar alfalfa. No es redituable. Ahí digo bueno, si no podemos hacer esto, vamos a hacer esto otro”.
La idea posterior, según explicó, fue “hacer un hotel de 4 estrellas como para que fomente el turismo. En Picún Leufú la gente duerme en la calle porque no hay un solo hotel. No salió el cambio y saltó todo”, remarcó Minassian.
Por último, el empresario dijo que la construcción realizada es “muy poquita” y que fue él quien tomó la decisión de “frenar todo”. Aunque desde el gobierno sostienen que la medida de paralizar las obras fue una decisión del ministerio de Tierras.
Nota completa en la revista La Tecla Patagonia Nº 36.
Contalo en los medios
El tema comenzó a visibilizarse a partir de una entrevista que la conductora Adriana Brodsky realizó al empresario Jorge Minassian en su programa El Parador, donde se brindan recomendaciones al turista a la hora de viajar.
En la nota, Minassian ponía al tanto a “la Bebota de Olmedo” sobre las ideas para su proyecto en Picún Leufú, una zona sumamente codiciada porque posee interesantes potencialidades turísticas, por la explotación de los recursos naturales que ofrece el río Limay y el lago Exequiel Ramos Mejía. Además, se jactaba de que la construcción ya estaba en marcha, y que en poco tiempo estaría vigente uno de los complejos turísticos más importantes para la región.
El tema es que la construcción no está en regla, ya que el decreto 2.029/10 que promulgó el gobernador Jorge Sapag cambió las normativas vigentes en la adjudicación de tierras fiscales a funcionarios. Decisión que fue tomada tras los conflictos en la Villa Pehuenia, donde el intendente emepeista Mauro del Castillo protagonizó un escándalo que se hizo público en septiembre de 2010, en donde la Corporación Interestadual Pulmarí recibió dos hectáreas en el perilago Moquehue, valuadas en un millón de dólares, que tenían como finalidad el desarrollo de un emprendimiento privado.
En el caso del megacomplejo Picún Leufú, el proyecto se encuentra en el ojo de la tormenta ya que su puesta en marcha viola el decreto 2.029/10 en el que las tierras no pueden ser entregadas en forma directa por funcionarios, sino que debe llamarse a concurso o licitación pública. Este expresa que “la adjudicación de las tierras libres de ocupantes podrá efectuarse por medio del procedimiento de licitación pública en los términos de la ley 2.141 y su reglamentación”.
Qué se viola en Picún
En el caso de Picún Leufú, el proyecto había sido presentado por la empresa Ecopatagonia SRL con domicilio fiscal en San Martín de Los Andes, que tiene como actividad principal llevar a cabo servicios inmobiliarios realizados por cuenta propia con bienes propios o arrendados.
Esta empresa, que integra Jorge Minassian, tiene como socios principales a Fabián Pusyelnik, Andrea Caletti, y Gabriel Alejandro Jinkus. En julio de 2007, Ecopatagonia SRL realizó un pedido de tierra al gobierno neuquino para la producción de alfalfa. Este fue aceptado desde la secretaría de Estado de Recursos Naturales, y la empresa logró la adjudicación de las tierras fiscales.
El caso es que, tiempo después, según Minassian, al realizarse un estudio de la tierra se comprobó que no era terreno fértil para el cultivo de alfalfa. Por lo que los empresarios informaron a la cartera que el agua no abastecía al proyecto inicial y que pretendían cambiar su destino y transferirlo a la empresa Natrusol, de la cual Minassian también forma parte. Este pedido fue negado porque para octubre de 2010 ya estaba tramitada la caducidad del permiso original.
El ente privado Natrusol coincide con Ecopatagonia SRL en su actividad principal, con la diferencia de que su domicilio fiscal figura en Capital Federal. Y ahora, en vez de producción de alfalfa, se proponía un proyecto vinculado a un emprendimiento turístico, en el que se construiría un hotel 4 estrellas.
Las ganas de construir o el descaro por violar las leyes hicieron que el empresario comenzara a levantar los cimientos de su megaproyecto en Picún Leufú. Plantar palmeras al mejor estilo Miami y cercar el predio impidiendo el paso a un sector público que cuenta con el derecho de la libre circulación por tratarse de tierras fiscales. Las obras comenzaron ignorando varios factores, en primer lugar, que la nueva legislación obliga al llamado a concurso o licitación pública, ninguna de las dos instancias sucedieron aún con esas tierras.
En segundo lugar, una vez otorgada la adjudicación de tierras, se podía comenzar la construcción y no antes, dato que el empresario omitió. La pregunta que surge al interiorizarse del caso es ¿por qué el empresario comenzó a construir si sabía que no estaba en los marcos de la ley vigente? E incluso, sabiendo que el proyecto no había sido aún aprobado.
En diálogo con La Tecla Patagonia, Jorge Minassian aseguró que se trató de una cuestión de ansiedad: “Me apuré en construir”, dijo. Adjudicando el error a una especie de torpeza ingenua de embarcarse en un proyecto sin tener aún el aval estatal para hacerlo. Es decir, no se realizó un control respecto de si la tierra era apta para el emprendimiento.
De ser así, Minassian rompió con el ABC del empresariado que radica en comprobar que el emplazamiento en donde va a llevar a cabo su producción sea redituable. Sin embargo, el empresario del megaproyecto en Picún Leufú realizó el análisis de la tierra mucho tiempo después de su adjudicación.
Por otra parte, en el pedido original realizado por Ecopatagonia SRL, la subsecretaría de Tierras del municipio entregó el predio para un proyecto que debía ser la producción de alfalfa sin asegurarse de que dicho emprendimiento cumpliera con los requisitos que garantizaran a futuro su funcionamiento.
Consultado por La Tecla Patagonia un funcionario del gobierno provincial se refirió al conflicto que ronda a la situación de Picún Leufú. “Hace dos años que caducó el derecho, eso tiene que volver a fojas cero. En Picún hay un negocio inmobiliario en el que ya estaban parcelando la tierra. Y el teléfono que daban en el programa de televisión de Adriana Brodsky en realidad, cuando uno llama, es para vender tierras. Los proyectos turísticos se transforman en un negocio inmobiliario. Hacen negocio con tierras fiscales”, sostuvo.
Por otra parte, remarcó que “en Neuquén hay un gran desorden de tierras que no es de ahora, sino de 30 años, un ‘desorden organizado’. Porque a alguien le conviene este desorden. Cuando esto se hace público no queda más remedio que plantear que esto caduque, pero si no hubiese sido público, la empresa seguiría con la construcción y el gobierno provincial se lo avalaría. Esta no es la primera vez que sucede”.
En la provincia de Neuquén los conflictos vinculados con las tierras suman una larga lista y suceden desde larga data. La pregunta es si el funcionario no hubiese cometido la torpeza de presentar su proyecto en un programa televisión, el gobierno provincial hubiera tomado cartas en el asunto.
Las sospechas recaen sobre la posibilidad de que las tierras sean utilizadas para un fin comercial privado. Ya sea vendiendo la construcción una vez terminada o subalquilando las tierras públicas. La legislación actual pone un coto a esta situación de suspicacias empresariales en donde el control sobre las tierras requeridas era mínimo. Una ley más fuerte y un proyecto organizado deberían ser el marco de una regularización definitiva.
EDUARDO FERRARESSO
“El proyecto no está aprobado por la subsecretaría de Tierras”
En diálogo con La Tecla Patagonia, el titular de la subsecretaría de Tierras, Eduardo Ferraresso, sostuvo que “en el caso de Picún se hizo un pedido a la Subsecretaría de cambio de proyecto y un pedido de transferencia de una empresa a otra que fueron negados. Caduca el permiso original y hay una nueva presentación en julio por una de las empresas que es la que está ahora, que es Natrusol”.
En tanto que “hacia octubre del año pasado aparecen los problemas en las tierras de Pehuenia que son conocidos por todos y el Gobernador sacó un decreto que autolimita la atribución de tierras fiscales. Este emprendimiento se encuentra en el marco de este nuevo decreto”.
Al suspenderse legalmente toda la potestad con la que contaba la subsecretaría de Tierras para realizar adjudicaciones en forma directa “no se adjudica a Natrusol. Ni se le da el permiso”, explicó.
“El expediente original es un expediente normal. Se pide y se otorga normalmente. No había nada irregular”.
Pero ahora sí lo hay, subraya Ferraresso al señalar que “se trata de tierras fiscales y no está aprobado por la Subsecretaría. La tierra sólo se puede entregar por licitación pública o concurso. Tenemos que llamar a licitación”.
También indicó que desde la Secretaría ya se realizó la inspección correspondiente “hay unas palmeras y parte de un hotel próximo a techarse”.
Por último, sostuvo que “acá hay una caducidad bien decretada y negación de transferencia bien aplicada. Y hay una presentación que se recibe como cualquier otra pero es inconclusa”, y que “no le veo responsabilidad” refiriéndose a la gestión del anterior subsecretario Gutavo Selaya. Aunque remarcó que “si eso hubiese seguido adelante yo hubiera requerido más detalles para poder controlar esa obra en el futuro y poder exigir en consecuencia”.
JORGE MINASSIAN
La ligué yo sin comerla ni beberla”
sobre el magacomplejo turístico en Picún Leufú, el empresario de Natrusol dijo que no quería hablar del tema. Aunque reconoció: “Yo me adelanté a las cosas”.
Al ser inquirido sobre la puesta en marcha del complejo, aseguró no querer hablar porque “el proyecto está parado”, indicó que “no quiero dar información porque después se me pone en contra o a favor, estamos arreglando todos los problemas y no quiero que publiquen ya más nada porque bastante problemas me trajo todo esto”.
Por otra parte, agregó: “Yo no quiero aclarar nada, está muy enredada la cosa. Por ahora no puedo hacer declaraciones, estoy en Buenos Aires y no sé nada de lo que está pasando allá”.
Además dijo que “la obra está parada porque yo no tenía el permiso de construir. Recién estamos haciendo visar los planos así que me adelanté un poquito. Y en estas cosas no te podés adelantar porque te escrachan en todos lados”.
Al preguntarle porqué no esperó para construir, subrayó: “La ligué yo, sin comerla ni beberla. Esto es un proyecto donde se hace un análisis de la tierra en la que el 11% es apto para plantar alfalfa. No es redituable. Ahí digo bueno, si no podemos hacer esto, vamos a hacer esto otro”.
La idea posterior, según explicó, fue “hacer un hotel de 4 estrellas como para que fomente el turismo. En Picún Leufú la gente duerme en la calle porque no hay un solo hotel. No salió el cambio y saltó todo”, remarcó Minassian.
Por último, el empresario dijo que la construcción realizada es “muy poquita” y que fue él quien tomó la decisión de “frenar todo”. Aunque desde el gobierno sostienen que la medida de paralizar las obras fue una decisión del ministerio de Tierras.
Nota completa en la revista La Tecla Patagonia Nº 36.
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