Médicos
Esteban Laureano Maradona nació en Esperanza, provincia de Santa Fe, el 4 de julio de 1895 y murió en Rosario, el 14 de enero de 1995.
Fue un médico rural, naturalista, escritor y filántropo famoso por su modestia y abnegacíon, que pasó cincuenta años en una remota localidad de Formosa ejerciendo desinteresadamente la medicina.
Su vida fue un ejemplo de lucha y altruismo. Ayudó a comunidades indígenas en todo aspecto: tanto económico como cultural, humano y social.
Escribió libros científicos de antropología, flora y fauna. Renunció a todo tipo de honorario y premio material viviendo con suma humildad y colaborando con su dinero y tiempo con aquellos que más lo necesitaban a pesar de que pudo haber tenido una cómoda vida ciudadana, gracias a sus estudios y a la clase social a la que pertenecía.
Un par de frases por él dichas sintetizan muy bien su pensamiento sobre su profesión y su manera de vivir:
“…Si algún asomo de mérito me asiste en el desempeño de mi profesión, este es bien limitado, yo no he hecho más que cumplir con el clásico juramento hipocrático de hacer el bien a mis semejantes. Muchas veces se ha dicho que vivir en austeridad, humilde y solidariamente, es renunciar a uno mismo. En realidad ello es realizarse íntegramente como hombre en la dimensión magnífica para la cual fue creado…”
El 9 de julio de 1935 el destino de Maradona quedó sellado. Esteban Laureano Maradona, un joven médico de 40 años, viajaba en tren hacia Tucumán a visitar a su hermano, por entonces intendente de San Miguel. Pero la vieja locomotora no pudo seguir más y tuvo que detenerse en Formosa, en la localidad de Estanislao del Campo, para realizar un transbordo de pasajeros. Allí cerca, en el medio del monte, una parturienta se debatía entre la vida y la muerte. Y hacia allí se dirigió el Doctor a pedido de su esposo, un desesperado empleado ferroviario.
Maradona atendió el problema salvando a la madre y a su beba. Cuando regresó a la estación, el nuevo tren no lo había esperado. Encontró, en cambio, una multitud de enfermos pidiendo que los atendiera. Y ya no pudo irse. Durante 50 años curó leprosos y chagásicos, atendió a baleados y engangrenados, fue partero a la luz de la Luna y pediatra sin agua corriente. Y jamás aceptó que le pagaran por sus servicios.
"...Con el oxígeno del aire y el agua que viene del cielo me basta. No tengo motivos de queja...", repetía Maradona describiendo su modelo de vida.
"Doctorcito Dios", "Doctor Cataplasma", "Doctorcito Esteban" o "el médico de los pobres", como le dijeron durante toda su vida, se graduó en 1926 con diploma de Honor en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, siendo discípulo de Bernardo Houssay.
Durante la guerra del Chaco se alistó como aspirante a camillero en Asunción. Al terminar el conflicto ya era Teniente Primero Médico y Director del Hospital Naval de Paraguay. Durante su gestión donó todos sus salarios a los soldados paraguayos. También cedió sus ahorros y magros ingresos para construir la Colonia de leprosos de la Isla del Cerrito, en el río Paraná, y fundó la primera escuela bilingüe para aborígenes del país en Formosa.
Maradona fue tres veces propuesto para el Premio Nobel, obtuvo el Diploma de Honor Internacional de Medicina para la Paz otorgado por las Naciones Unidas y es Ciudadano Ilustre de Rosario, pero él aseguraba: "Yo nunca pensé en ser profesor ni científico, ni mucho menos ilustre, como andan diciendo por ahí. Los periodistas me hacen propaganda, pero yo soy un médico del monte, que es menos que un médico de barrio".
El doctor Maradona nació en la ciudad de Esperanza, provincia de Santa Fe, Argentina, el 4 de julio de 1895. Vivió sus 99 años trabajando por los indígenas y los pobres, que lo rodearon de afecto y reconocimiento por su humildad y por la dedicación con que asumió la profesión.
El 14 de enero de 1995 falleció en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina, mientras descansaba en su cama.
Maradona resumió su vida como un eterno aprendizaje: "... yo aprendí mucho, y así se me ha pasado la vida, cursando la Universidad de los indios."
Fuente: Diario de Cuyo.
Su vida fue un ejemplo de lucha y altruismo. Ayudó a comunidades indígenas en todo aspecto: tanto económico como cultural, humano y social.
Escribió libros científicos de antropología, flora y fauna. Renunció a todo tipo de honorario y premio material viviendo con suma humildad y colaborando con su dinero y tiempo con aquellos que más lo necesitaban a pesar de que pudo haber tenido una cómoda vida ciudadana, gracias a sus estudios y a la clase social a la que pertenecía.
Un par de frases por él dichas sintetizan muy bien su pensamiento sobre su profesión y su manera de vivir:
“…Si algún asomo de mérito me asiste en el desempeño de mi profesión, este es bien limitado, yo no he hecho más que cumplir con el clásico juramento hipocrático de hacer el bien a mis semejantes. Muchas veces se ha dicho que vivir en austeridad, humilde y solidariamente, es renunciar a uno mismo. En realidad ello es realizarse íntegramente como hombre en la dimensión magnífica para la cual fue creado…”
El 9 de julio de 1935 el destino de Maradona quedó sellado. Esteban Laureano Maradona, un joven médico de 40 años, viajaba en tren hacia Tucumán a visitar a su hermano, por entonces intendente de San Miguel. Pero la vieja locomotora no pudo seguir más y tuvo que detenerse en Formosa, en la localidad de Estanislao del Campo, para realizar un transbordo de pasajeros. Allí cerca, en el medio del monte, una parturienta se debatía entre la vida y la muerte. Y hacia allí se dirigió el Doctor a pedido de su esposo, un desesperado empleado ferroviario.
Maradona atendió el problema salvando a la madre y a su beba. Cuando regresó a la estación, el nuevo tren no lo había esperado. Encontró, en cambio, una multitud de enfermos pidiendo que los atendiera. Y ya no pudo irse. Durante 50 años curó leprosos y chagásicos, atendió a baleados y engangrenados, fue partero a la luz de la Luna y pediatra sin agua corriente. Y jamás aceptó que le pagaran por sus servicios.
"...Con el oxígeno del aire y el agua que viene del cielo me basta. No tengo motivos de queja...", repetía Maradona describiendo su modelo de vida.
"Doctorcito Dios", "Doctor Cataplasma", "Doctorcito Esteban" o "el médico de los pobres", como le dijeron durante toda su vida, se graduó en 1926 con diploma de Honor en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, siendo discípulo de Bernardo Houssay.
Durante la guerra del Chaco se alistó como aspirante a camillero en Asunción. Al terminar el conflicto ya era Teniente Primero Médico y Director del Hospital Naval de Paraguay. Durante su gestión donó todos sus salarios a los soldados paraguayos. También cedió sus ahorros y magros ingresos para construir la Colonia de leprosos de la Isla del Cerrito, en el río Paraná, y fundó la primera escuela bilingüe para aborígenes del país en Formosa.
Maradona fue tres veces propuesto para el Premio Nobel, obtuvo el Diploma de Honor Internacional de Medicina para la Paz otorgado por las Naciones Unidas y es Ciudadano Ilustre de Rosario, pero él aseguraba: "Yo nunca pensé en ser profesor ni científico, ni mucho menos ilustre, como andan diciendo por ahí. Los periodistas me hacen propaganda, pero yo soy un médico del monte, que es menos que un médico de barrio".
El doctor Maradona nació en la ciudad de Esperanza, provincia de Santa Fe, Argentina, el 4 de julio de 1895. Vivió sus 99 años trabajando por los indígenas y los pobres, que lo rodearon de afecto y reconocimiento por su humildad y por la dedicación con que asumió la profesión.
El 14 de enero de 1995 falleció en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina, mientras descansaba en su cama.
Maradona resumió su vida como un eterno aprendizaje: "... yo aprendí mucho, y así se me ha pasado la vida, cursando la Universidad de los indios."
Fuente: Diario de Cuyo.
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