miércoles, 10 de agosto de 2011

CRISIS EDUCATIVA EN CHILE Desmanes y violencia en Santiago


Santiago (dpa-Télam) > Unos cientos de encapuchados mantuvieron ayer fuertes enfrentamientos con la Policía chilena, a cuadras del palacio presidencial de La Moneda, en el marco de una huelga nacional de estudiantes y profesores.

Los atacantes, repudiados por los 100.000 jóvenes que marcharon en paz por el centro de la capital, atacaron edificios en una calle aledaña a la sede de las fuerzas armadas. También quemaron un auto.
Los ataques, que derivaron en robo de mobiliario a recepciones de edificios, comenzaron cuando desde un edificio algunos residentes arrojaron agua a los manifestantes.
Ante ello, una horda de encapuchados embistió contra los inmuebles, destrozando semáforos y señales de tránsito.
"Los violentistas no somos nosotros!!!", dijo en ese contexto la líder universitaria Camila Vallejo en Twitter, llamando a la calma a los estudiantes que acudieron al acto bailando, a pie o disfrazados.
Parlamentarios de oposición, además, recordaron que entre los violentistas hay policías encubiertos que a su juicio incitan la violencia, como mostraron varios programas de televisión las últimas semanas.
El diputado comunista Lautaro Carmona reveló vía Twitter que incluso la guardia del Congreso terminó protegiendo a uno de estos agentes, durante otra marcha en la ciudad de Valparaíso.
"Eso confirma la debilidad de un gobierno que ejerce (la autoridad) a través de operaciones de inteligencia ", sostuvo.
El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, contra quien la oposición levantó hoy una acusación constitucional por proscribir las marchas la semana pasada, fustigó nuevamente los desmanes.
"Los estudiantes no son los únicos que tienen derechos, el resto de los chilenos también los tienen", aseveró.
Hinzpeter, el político más cercano al presidente Sebastián Piñera, agregó que es hora de deponer las movilizaciones, que luego de tres meses de protestas derrumbaron el apoyo al mandatario.
"Ha llegado el momento de que los estudiantes reflexionen, de hasta qué punto las marchas son buenas y si están convocando a marchas que no controlan", agregó en alusión a los enfrentamientos.
La marcha, que se inició en un clima festivo, con grupos juveniles bailando y tocando instrumentos de percusión, mantenía una contagiosa alegría.
En su transcurso se dejaron escuchar varias consignas, entre ellas la de "no queremos cambiar un ministro, queremos cambiar el sistema".
Marcharon miles de universitarios con carteles indentificatorios de sus casas de estudios, carreras y facultades, secundarios, profesores, sindicatos y algunos abuelos con carteles que rezan "apoyamos a nuestros nietos".

Análisis
La debilidad de Piñera
Por Mauricio Weibel
Santiago (dpa) > El presidente chileno, Sebastián Piñera, vivió ayer una de sus peores jornadas luego de que 150.000 jóvenes marcharon contra su gobierno en todo el país, en un día marcado por las fracturas en el oficialismo, a un año de los comicios municipales.
"El gobierno debe entender que el país quiere educación pública gratuita y de calidad", insistió entre las movilizaciones la líder universitaria Camila Vallejo, a la espera que este miércoles el Ejecutivo entregue una tercera respuesta a sus demandas.
El gobierno, en palabras de su vocero, Andrés Chadwick, dijo estar abierto al diálogo, pero anticipó que optará por enviar las reformas educativas directamente al Congreso, de mayoría opositora, sin consensuarlas con los jóvenes en huelga hace tres meses.
En ese marco, el alcalde oficialista de la capital, Pablo Zalaquett, anticipó mayores movilizaciones. "Vamos a tener un año convulsionado porque los jóvenes no van a bajar las marchas hasta que se aprueban los proyectos en el Congreso", se resignó.
El problema es que Piñera, con su popularidad en un 25 por ciento, no logra abrir puentes con la oposición de centro izquierda, mayoría en el Congreso, que se renueva en 2013.
La oposición, con un respaldo de sólo 20 por ciento, requiere a su vez acercarse a sus electores, tras perder el poder en 2010.
El conflicto social, que tiene de trasfondo una crisis de representación política, además está obligando a Piñera a negociar reformas políticas, sociales y civiles que dividen sus propias filas.
El lunes hubo un primer encuentro entre el gobierno y la opositora Democracia Cristiana para reformar el sistema político y electoral, heredado de la dictadura del fallecido general Augusto Pinochet.
Este martes, Piñera firmó y envío al Congreso un proyecto de ley que legaliza la vida en pareja homosexual, desatando el rechazo de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el principal partido del país y el oficialismo.
"¡Presidente, está legalizando el pecado!", gritó una mujer evangélica en el acto de firma del proyecto, al que inéditamente se restaron los líderes de la UDI. "No me pidan que vaya", dijo el senador Juan Antonio Coloma, presidente de esa colectividad.
"Este proyecto es irresponsable", añadió el diputado Gonzalo Arenas. "Si el presidente no escucha a sus partidarios, menos lo hará a los estudiantes", insistió.
Piñera, quien ha reiterado llamados al diálogo los últimos días, defendió su iniciativa a favor de las uniones civiles homosexuales.

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