Hay un muerto por herida de bala y 650 detenidos.
Intentan aplacar las protestas en Gran Bretaña.
LONDRES.- Nuevos disturbios estallaron ayer por cuarto día consecutivo en el Reino Unido, pese a los 16.000 efectivos adicionales que el gobierno envió a las calles para aplacar la protesta que encabezan jóvenes de barrios marginales. Los desórdenes causaron ya un muerto y 650 detenidos.
Un hombre de 26 años, herido de bala durante los incidentes registrados en Londres el lunes por la noche, falleció por la gravedad de las lesiones.
El primer ministro David Cameron, que regresó de urgencia de sus vacaciones a Londres, anunció masivos refuerzos de policía para reprimir. Prometió terminar con los disturbios "sea como sea".
Los incidentes estallaron al final de la tarde en Birmingham, la segunda ciudad del país, situada en el centro de Inglaterra.
También en Manchester (noroeste), que hasta ahora no se había visto afectada por los disturbios, cientos de jóvenes lanzaron piedras contra varios vehículos policiales antes de ser dispersados, y varias tiendas fueron incendiadas.
"Algunas tiendas fueron atacadas por grupos de jóvenes que se unieron y parecen determinados a provocar desórdenes", explicó el jefe de la policía de Manchester, Terry Sweeney.
En West Bromwich, localidad cercana a Birmingham, unas 200 personas, parapetados detrás de barricadas, lanzaron proyectiles contra las fuerzas de seguridad, incendiaron vehículos y saquearon tiendas, según la policía.
En Wolverhampton, en las afueras de Birmingham, algunas tiendas fueron también saqueadas, según la policía.
Birmingham fue el lunes por la noche el escenario de saqueos y hasta una comisaría de policía fue incendiada. Más de 130 personas fueron detenidas por estos incidentes.
Desde el inicio de los disturbios, el sábado por la noche en el norte de Londres, los revoltosos han tomado a la policía como objetivo y 111 agentes resultaron heridos desde entonces.
Quizá lo más grave del festín de violencia que se vive es la sensación de que los alborotadores tienen carta blanca para robar lo que quisieran. "Aquí los matones se han pasado dos horas saqueando las tiendas", se quejaba un ciudadano en Clapham. "¿Dónde estaba la policía para protegernos?", clamaba la dueña de una peluquería asaltada simplemente porque a los matones les excitó ver su cara de miedo.
Los londinenses tienen miedo. Y su primer ministro regresó de sus vacaciones para prometerles más policías en las calles de Londres, casi el triple que los 6.000 que se habían visto impotentes el lunes, y mano dura con los revoltosos. El anuncio pareció tener cierto efecto: a primera hora de anoche no se tenían noticias de disturbios graves. Al menos no de la gravedad del día anterior.
Tres personas fueron arrestadas por presuntamente tratar de asesinar a un policía que tuvo que ser hospitalizado después que fue atropellado por un automóvil en la madrugada del martes. El ataque del oficial, cuyo estado de salud es estable, ocurrió cuando éste detuvo a varios vehículos en Brent, al norte de Londres, después del saqueo e incendio de una tienda de productos eléctricos.
Sony Corp. dijo que fue incendiado uno de sus centros de distribución en Enfield, en el norte de Londres.
Tras una reunión de crisis en Downing Street, Cameron anunció la celebración de una sesión extraordinaria en el Parlamento el próximo jueves.
Apuntan a realizar una fuerte condena en conjunto de las protestas. (DPA y AFP)
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