El martes cerraron las compuertas para embalsar en la represa más alta del río Limay. Acumulan agua para eventuales picos de demanda a nivel nacional. Tiene impacto ambiental.
La represa de Alicura regula buena parte del agua de la cuenca del Limay |
El sábado pasaba por la presa Alicura, que frena el tramo superior del Limay, menos agua que por el canal principal de riego del Alto Valle rionegrino, pero el martes las compuertas directamente se cerraron y desde entonces no pasa ni una gota.
No es la primera vez que pasa: el gobierno nacional diagramó un modelo de operación de la subcuenca del río Limay para cubrir los picos de demanda eléctrica del verano. Hace dos años, cuando se avecinaba la época de lluvias, el embalse de Piedra del Águila debió desembalsarse mediante la apertura del vertedero porque no fue necesario usar el agua que se reservó para generar.
Pero no sólo en Alicura ocurren estos drásticos cambios. En Piedra del Águila y en El Chocón los caudales salientes de las centrales imitan la demanda de energía de nuestro país, aunque de manera menos drástica.
En Alicura el impacto de esta operación queda atenuado porque el Limay recibe, apenas 20 kilómetros aguas abajo de la presa, el aporte del río Collón Cura.
Piedra del Águila y El Chocón, por otro lado, cuentan con presas compensadoras que suavizan, con erogaciones más constantes, este sube y baja.
La demanda eléctrica se comporta de manera muy previsible: de lunes a viernes es alta, especialmente cuando empieza a anochecer, y afloja los fines de semana. En verano el calor es determinante: cuando los termómetros en la ciudad de Buenos Aires y su conurbano suben, el consumo de potencia se dispara. De esta manera, año a año se baten récords.
Debido a este comportamiento de la demanda, la autoridad nacional del despacho eléctrico, Cammesa, ordena el funcionamiento de las generadoras.
Lo que se busca al cerrar las compuertas de Alicura es guardar agua en el embalse más alto del Limay, de manera que, cuando se use, ese agua se transforme en energía en las otras cuatro centrales ubicadas sobre el río.
Pero el impacto ambiental es evidente: entre Piedra del Águila y su compensador Arroyito, en el Limay Medio, uno de los enclaves de la pesca deportiva, el lunes corrió una media de 684 metros cúbicos por segundo de agua y a los dos días, ese caudal medio cayó a 20, según la información de difunde la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas, que convalida este modelo.
La evolución de las erogaciones de Alicura fueron 520 metros cúbicos por segundo el viernes, 27 el sábado, 39 el domingo, 36 el lunes y cero desde entonces. El canal de riego del Alto Valle tiene no más de 70 metros cúbicos de agua por segundo.
(Fuente: Diario Rio Negro)
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