sábado, 24 de marzo de 2012

Un día para la Memoria, por la verdad y la justicia


El 15 de marzo de 2006 se estableció que todos los 24 de marzo sean feriados nacionales para dedicarlos a la “Memoria, por la verdad y la justicia”. Se trata de una de las fechas históricas más contemporáneas que tienen los argentinos y que recuerda el criminal golpe de estado de 1976.


Con la detención de la entonces Presidenta Isabel Perón, la Junta de Comandantes asumió el poder, integrada por el teniente general Jorge Rafael Videla, el almirante Eduardo Emilio Massera y el brigadier general Orlando R. Agosti. Videla fue designado como presidente de facto y comenzó el “Proceso de Reorganización Nacional”. José Martínez de Hoz fue designado ministro de Economía y se anunció el plan para contener la inflación, detener la especulación y estimular las inversiones extranjeras. La inflación fue feroz, la especulación fue un deporte nacional y las inversiones extranjeras tomaron por “asalto” a la economía nacional.
Durante este período, la abultada deuda privada se hizo Estatal, es decir, la gozaron los privilegiados y la pagó el pueblo.
Ese plan económico necesitaba sí o sí al terrorismo de Estado: un plan planificado, sistemático que además de cercenar libertades implantó el terror y el miedo en la sociedad.
Los partidos políticos, las organizaciones sociales, culturales, sindicales, estudiantiles… todos fueron perseguidos. Se trató del más sangriento y cobarde proceso que registra la historia nacional y fue una época donde la violencia se expresó en casi todos los signos.
No fue casual que se hayan establecido bajo el mando de la dictadura los centros clandestinos de detención, adonde llevaban a detenidos, que eran luego denominados como “desaparecidos” o la apropiación de los hijos de madres detenidas. Fue una época violenta, que incluso se inició en el período democrático anterior al golpe, con la Triple A, los grupos armados y un país que se alejaba del sentido de humanidad.
Con el golpe el Congreso se disolvió, la pena de muerte recorrió las calles, las libertades ciudadanas estuvieron suspendidas, no había Corte Suprema de Justicia, la mayoría de los sindicatos y partidos estuvieron intervenidos al igual que las universidades y se creó un órgano de censura para todos los medios de comunicación.
Por eso es importante tener a este 24 de marzo como el Día de la Memoria, por la verdad y la justicia. Es, quizás, uno de los feriados más palpables de la historia porque todavía es contemporáneo. Aún hoy se desarrollan los juicios por los delitos de lesa humanidad. Este día es también una gran oportunidad para reflexionar sobre qué país se quiere.
Y al ser tan contemporáneo, todavía es controvertida para algunos sectores. Por eso se insiste en la capacidad de reflexión de cada uno; justamente porque hay que iluminar lo que antes se hizo callar, hay que recordar lo que antes se quiso olvidar, hay que descubrir lo que antes se quiso ocultar; pero fundamentalmente hay que construir un país donde nadie se sienta perseguido por lo que piense o sienta. Nunca Más: dos palabras que sintetizan tantas vidas. Pero para que el “Nunca más” sea una realidad hay que tener memoria, verdad y justicia.


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